José David Montoya, productor de televisión, fue asesinado para robarle un celular.
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‘Más muertes injustas como la de Jose no pueden volver a suceder’

Conmovedora carta de despedida de la mejor amiga del productor audiovisual asesinado en Barranquilla por oponerse al robo del celular.

De escribir lo más difícil es empezar, pero en este caso más que difícil es triste y desgarrador. 

Para que las palabras fluyan toca abrir el alma y el corazón y con ello se vienen los recuerdos, los lindos recuerdos que me quedan en la mente del ser maravilloso que fue mi amigo, colega, compañero y alcahuete

 José David Montoya. Hoy ya no está con nosotros, su vida fue arrebatada cruelmente a cargo de la delincuencia interminable y cada vez más atroz de Barranquilla. Esta lamentable partida ha dejado cientos de corazones  dolidos, esos mismos corazones que fuimos tus amigos… y digo cientos porque Jose sí que tenía amigos, ¿Y cómo no?, si siempre fue un hombre encantador, donde llegaba caía bien.

A su lado tuve la fortuna de tener a mi compañero incondicional de la universidad, ese mismo con el que me trasnoché más de una vez y con el que siempre buscaba hacer equipo, y es que ¿Cómo no querer estar al lado de él? si su trabajo siempre fue digno de admirar, si además de responsable y disciplinado su talento siempre sobresalió entre los demás. Y no lo digo yo, lo dicen sus tantas menciones de honor que hoy reposan en su habitación. 

Graduado de la universidad, acompañado de su cámara y su talento, salió al mundo a conquistar el medio audiovisual. Nadie nunca dudó que él sería grande… y lo fue, porque fueron muchos los que pasaron por su lente y bajo la dirección de Jose fueron los lienzos que él utilizó para hacer su arte, tomar fotografías.

Pero, si como profesional era un hombre admirable, su carisma y nobleza lo hicieron un hombre ejemplar. A él nunca le escuché una mala palabra ni lo vi peleando con alguien. Por el contrario siempre fue un ser de paz, amante al deporte, a una buena película, a una cena entre amigos y a su madre, la señora Rita Villeros. 

Tal vez estas son las razones por las que todos al enterarnos de la noticia solo pensábamos en ¿Por qué a él?, ¿Por qué a nuestro Jose?. No es justo que nos quiten del mundo a los buenos, a los que estudian, a los que trabajan y la sudan, los que valoran a sus familiares y amigos y aman a los animales. Nada de lo que le pasó a nuestro amigo es justo, porque él era todo eso, Jose era amor.

El vacío que hoy nos queda por su partida durará mucho tiempo, así, vacío. Porque nadie ocupará su lugar, nadie es como él, nadie ni siquiera se asemeja a él. Todos los corazones que quedaron rotos y desmigajados por su viaje al cielo nos unimos por el dolor, la rabia y la impotencia de saber que aquellos asesinos que han truncado su vida, hoy deambulan por las calles libres, por eso nos unimos muchas voces para gritarle a la justicia colombiana que su muerte no puede quedar impune, que el pueblo quiere resultados y justicia, que esto no puede pasar a olvido en unas semanas, que exigimos seguridad para nosotros y nuestros seres queridos, porque más muertes injustas como la de Jose no pueden volver a suceder.

Una bala se llevó la vida de Jose, todavía quedan muchos por aprender que lo único que se debe disparar son las cámaras.

Cindy Coronado García